Si hay dos autores que me han hecho redescubrir la ciencia Ficción en la última década son Ian M. Banks y Jonh C. Wright.

Sus novelas, partes de sus respectivas sagas, nos transportan a mundos increíbles muchos siglos (milenios) por delante de nuestra época. En ellos, la civilización humana se ha expandido por el cosmos, y ha desarrollado toda una cultura estelar.

Su forma de escribir, unida a la impresionante descarga de imaginación con la que nos bombardean en cada página, convierten para mí sus obras en una fuente de maravilla que leo avidamente.

Sin embargo, lejos de hablar de su obra literaria, hoy me gustaría hacer incapié en las ideas políticas de cada uno, y cómo las plasman en sus creaciones.

Ambos, como hemos dicho, crean a nuestro alrededor una trama de dimensiones colosales, con el escenario de la Galaxia de fondo, y nos presentan civilizaciones que nos parecerían maravillosas por su libertad, sus logros y sus posibilidades.

Sin embargo, de fondo, cada uno de ellos basa estas civilizaciones en un paradigma económico, en un modelo social distinto.

Wright despliega en su sociedad futurista los paradigmas del libre mercado y el neoconservadurismo estadounidense llevándolos a su máxima expresión.  Así, es propio de la trilogía de este autor encontrar héroes solitarios que luchan por la libertad individual, y un modelo económico en el que, casi literalmente, los ciudadanos tiene que pagar hasta por respirar.

Eso no ha impedido que la civilización se desarrolle, sin embargo, sí existen monopolios irrompibles y una carencia de posibilidades a quienes carecen de medios económicos.

Las IA de su obra son garantes de ese modelo, y actúan para mantener la libertad de las personas, y del capital.

El prolífico Banks, por contra, basa su serie de la Cultura en una civilización que podríamos definir como comunista, o anarquista. Los garantes de esta civilización no son otros que las Mentes, IA´s hiperdesarrolladas que permiten a todos los ciudadanos acceder a todo tipo de entretenimientos, aventuras y psoibilidades sin que medie dinero por medio. Ellos se refieren a la época del trabajo pagado y el dinero como la época de la escasez.

En mi opinión, llegados a un punto como el que ambas novelas describen, con la energía de las estrellas, la materia de los planetas y la inteligencia de las IA´s, el modelo basado en el dinero (tome la forma que tome no tiene sentido). Llegaríamos sin duda, a una sociedad anarquista en la que la riqueza sería tan grande que la propiedad privada sería más bien un conjunto de convenciones sociales, antes que de derechos legales.

Si puedo fabricar lo que desee, en la cantidad que desee, y en el lugar que desee, poseo toda la energía y el espacio que necesite ¿para qué voy a necesitar dinero?

El trabajo sería, al fin, un medio de realización y para sentirse útil, más que una carga que nos garantizase unos bienes que la sociedad posee la manera de producir de forma sencilla e ilimitada.

Sea como sea, ambas obras son altamente recomendables y os animo a leerlas y a sumergiros en sus  mundos que, quien sabe, quizás algún día se conviertan en una realidad.