Muchas veces nos hemos preguntado si las teorías de que estamos encaminando el sistema capitalista hacia un nuevo sistema, que algunos llaman Economía Agálmica, otros la Economía de la Abundancia.

En teoría, es factible pensar que la digitalización y la automatización, así como otras tecnologías como la impresión 3D o la biotecnología y las Energías Renovables, y tendencias sociales como el prosumismo, traerán un futuro en el que alimentos, electricidad, transporte y muchos otros bienes y servicios serán o bien gratuitos, o bien increíblemente baratos.

Pero, ¿existe alguna prueba en el mundo real de que esto es posible y de que esta teoría puede llegar a ser modelo práctico aplicado? A parte de los incipientes mercados editoriales y de música digital, claro.

Quizás esa prueba sí exista, el mercado del rol en España.

La cantidad de productos que se crean en el mundo del rol es apabullante si la comparamos con cómo estábamos hace diez años. Probablemente se produzcan cuantos, ¿tres lanzamientos semanales? Y eso sólo de productos físicos, si contamos los digitales, tanto oficiales como creados por aficionados, podríamos multiplicar esa cifra.

El caso es que, poco a poco, se ha ido creando un mercado repleto de juegos y suplementos, así como webs, blogs, canales y podcast, que ha reemplazado al mercado escaso que teníamos hace años. en su lugar, tenemos ahora tal abundancia de juegos que hace unos años nos llamaban soñadores a los que creíamos que eso era posible.

Pero ¿es esto una economía de la abundancia? bueno, yo diría que todavía no, pero que pronto podría serlo si se mantiene este ritmo (y soy bastante escéptico al respecto). Estamos llegando a un punto en el que además de numerosos juegos en nuestras estanterías, los jugadores podremos comprar cada vez más productos, y en caso de no poder comprar los libros, siempre se podrá optar por la opción digital. E incluso, disponer de todavía muchas más alternativas gratuitas (no porque nadie las haya copiado, sino porque los aficionados las han creado para ofrecerlas gratis por internet).

La suma de esta cantidad acumulada de juegos, y la aparición de novedades casi a diario (si el ritmo sigue y consigue mantenerse), propiciará que se llegue a un punto en el que la cantidad de ocio disponible sin tener que gastar apenas dinero será virtualmente ilimitada.

Y el número de juegos crecerá más y más.

Bien, si aplicamos esto a toda la economía la cosa se complica mucho, pero eso no quiere decir que no sea factible si la tecnología (para producir nuevos bienes y servicios) y la riqueza (para acumular capital de reserva) avanzan y aumentan lo suficiente.

Además, puede que sea la única esperanza que nos quede si los salarios continúan a la baja y la desigualdad sigue creciendo.

Me explico.

Aunque los salarios bajen, o se mantengan bajos, lo que importa realmente es que bajen menos que la inflación, es decir, que los precios bajen y de esta forma se pueda comprar más con menos. Así, si la producción de bienes y servicios, y la productividad, aumentan, o bien si el coste de producir algo baja, entonces con el mismo dinero podremos comprar más cosas, aunque no nos suban los salarios.

Esta tendencia se verá cortada, obviamente, por el acaparamiento de los dueños de grandes empresas, que intentarán quedarse esos aumentos de riqueza, mejorando sus márgenes, no bajando los precios.

Ahí es donde entra en juego el prosumismo, el dar poder a las personas, para que creen su propia riqueza, extendiendo lo que he explicado en el mundo del rol al resto de la economía. Porque lo que no he explicado todavía (porque ya doy por sentado que lo sabéis) es que esa inmensa riqueza que ha surgido en el mundo del rol ha venido por la afición y generosidad de la gente y por el acceso a tecnologías digitales que han facilitado a todos estos creadores la posibilidad de crear, dar a conocer, distribuir e incluso financiar sus propios proyectos.

Y eso es lo que tenemos que conseguir, nos va la vida y la libertad en ello. Darles herramientas, motivación y recursos a la gente para que pueda crear su propia riqueza, y la disfruten o distribuyan libremente, de tal forma que entre todos creemos una tendencia, una oposición a la avaricia de las grandes empresas, que les impida aprovechar los aumentos de productividad en su propio beneficio.

Es sólo una teoría del camino que podríamos seguir para lograr la Economía de la Abundancia, no quiere decir que sea el correcto, ni el mejor, pero espero que al menos os haya hecho ver que la teoría de una economía post-escasez es algo más que una teoría económica. Que es una posibilidad cada vez con más visos de realidad.

 

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