Conocido burbujista, no puedo negar que siempre ando ojo avizor para detectar incongruencias del mercado.
Igual que en su día predije una burbuja inmobiliaria, y ahora ando pregonando en mi otro blog el comienzo de la recuperación económica, me intriga saber si en el rol existe una burbuja.
Vaya dicho de antemano que no conozco la respuesta a esta pregunta.
Ahora mismo, debería conocer cifras de ventas, márgenes de beneficios de cada tirada, formas de financiación, etc.
Sea como sea, las claves de la respuesta se desvelarán muy pronto, y podré daros un análisis detallado basado en los datos disponibles en internet.
Al final, la realidad se hace evidente.
En la actualidad hay tantos contenidos generados por las editoriales, los aficionados y los semiprofesionales, que vivimos una era de esplendor rolero (sí, yo creo que vivimos en la cacareada edad de oro), que me pregunto si este eitmo se puede mantener o el mercado y las ideas se están agotando.
La pregunta no es, como dice la mayoría de la gente, si se juega o no se juega al rol.
La pregunta es, ¿hay demanda de comprar (y leer y jugar) a tanto rol?
Quizás suelo menospreciar la importancia de jugar porque para el mercado porque mis partidas se reducen a una o dos al año (y sin embargo, compro mucho rol).
Creo que el mercado actual se compone de roleros de siempre en la treintena y de algunos «recién» llegados entre la adolescencia y la veintena.
La gran mayoría juega, por supuesto, y menos de lo que querría, pero si no jugasen, seguirían comprando rol. De ahí el éxito de las ediciones de lujo por el que tantos se preguntan, no compramos sólo para jugar, compramos para leer, disfrutar y atesorar.
La otra gran esperanza, los nuevos jugadores, creo que en estas condiciones son un mito y una ilusión.
Por mucho que nos pongamos, competir con la industria del videojuego, el cine, la televisión, los juegos para móviles, los cómics, los libros, y otras formas de ocio, deja en un papel minoritario a los juegos de rol.
Un papel que nunca abandonó, y que quizás nunca tuvo la oportunidad de abandonar.
Ni siquiera en la famosa edad de plata antes del crimen que hundió la popularidad de nuestros juegos.
Dije que soy un conocido burbujista, pero lo que realmente soy, y la mayoría no ve, es alguien que trata de anticipar los problemas para evitarlos y mejorar el estado de la situación.
Siempre estoy buscando soluciones a problemas que para la mayoría no existen.
Para ser algo mayoritario nos falta empuje, nos faltan efectos especiales, y comodidad, y sencillez, y complejidad, y glamour.
Términos contradictorios, sin duda, pero que en cada ocasión adquieren su sentido. Porque para atraer jugadores nuevos se necesita repensar la forma de jugar.
Se necesita combinar experiencias y sensaciones para mejorar la sensación del juego, se necesita obtener publicidad viral que salga de nuestros círculos, tendríamos que introducir mejoras en nuestra forma de jugar (lo que no ha pasado en cincuenta años) y en la forma de narrarlo (se han visto unos tímidos avances).
No sé si lo conseguiremos, o si mis miedos son infundados (tal vez para que haya una burbuja del rol debería haber una industria del rol, y con cinco personas en toda España viviendo de eso muchos dudan de que exista).
Sea como sea, desde estas páginas seguiré pergreñando soluciones a esos problemas que nadie más ve.