Pocas leyendas han trascendido desde los mundos primarios llegado incluso a Sigil y causando sensación, como la leyenda de Impector Arbacanus, el mago que destruyó el sólo a una docena de dragones malignos de diferente tonalidad cromática y edad.

¿Cómo lo hizo? ¿Cómo un mago de nivel medio logró esta increíble hazaña? quienes conocieron al ya desaparecido mago sólo dicen una palabra: Amedraugor.

Amedraugor fue en su día un Demonio del Plano Astral, una raza demoníaca ahora extinta, pero cuyo recuerdo es mantenido todavía en los Sitkis slaads.

Condenado como el resto de su raza por la cacería de los Magos de las Nieblas Grises, Amedraugor hizo un pacato de sueños con uno de los pecios errantes de los dioses muertos.

A cambio de entregarle su energía, el dios moribundo convirtió a Amedraugor en un artefacto sintiente, permitiéndole vagar por el multiverso y escapar de sus perseguidores.

Actualmente Amedraugor toma la forma de un anillo negro como el más profundo de los abismos (si tus jugadores conocen el término, diles que el color es VantaBlack).

Su absorbente superficie es surcada por ventas doradas que recorren su superficie, y su recorrido sólo se ve interrumpido por la veintena de pequeñas gemas negras engarzadas en el metal oscuro.

Amedraugor es a todos los efectos un poderoso artefacto capaz de invocar, en manos del hechicero adecuado, 1D20 de esferas de aniquilación.

El tamaño de cada esfera es de 10 cm de diámetro por cada nivel del portador (un hechicero de nivel 15 invocará 1D20 esferas de aniquilación de un metro y medio de diámetro) y su velocidad dependerá de lo que tu campaña necesite.

El invocador/portador podrá mover las esferas a voluntad, serán a todos los efectos partes de su cuerpo, gracias a la conexión que el anillo establece entre el portador y ellas.

La duración del conjuro dependerá de la inteligencia del portador, durando 20 segundos por cada punto de inteligencia.

Ni que decir tiene que el inconmensurable poder desatado que otorga Amedraugor tiene su precio. Cada día, el anillo drena 1d4 puntos de golpe del lanzador (éste puede compartir la carga con un pequeño ritual y drenar los puntos de golpe de otro voluntario, pero en ese caso exigirá 1D8).

Por otra parte, Amedraugor desea más que nada liberarse de su forma y volver a vivir en un mundo en el que los Magos de las Nieblas Grises han desparecido hace mucho.

Por ello, intenta continuamente apoderarse de la voluntad del portador del anillo. Si lo consigue, poseerá a su víctima, quien comenzará a cambiar y de no ser exorcizado en el plazo de 10 días, morirá y el demonio volverá a vagar libre.

Cono DM ya sabes, toca tirada de CAR diaria, y si el anillo es utilizado, dos tiradas diarias durante una semana.