Los sin pistas suelen estar muy perdidos con el taaño y las posibilidades del Multiverso y de la Gran Rueda.

Incluso los planares no llegan a atisbar la grandeza en la que vivimos. Sigil, las Tierras de las Bestias, los planos Exteriores e Interiores, las Esferas de Cristal, el Plano Material Primario, los semiplanos, el Plano Astral, el Etéreo…

La inmensidad infinita de los planos enloquece a cualquiera que no esté prepardo para imaginar su tamaño y variedad.

Pero, ¿y si os dijese que la Gran Rueda no es más que una simple mota de polvo en el engranaje del Gran Multiverso?

Sí, los dioses, diablos y demonios, con toda su grandeza, no son sino una simple cara de esta gema de facetas ilmitadas que es el Multiverso.

No imaginéis la gran rueda como un plano, imaginadla como un poliedro, no e seis caras, ni de doce, ni de veinte, ni de cien, sino de un número infinito de ellas.

Sí, existen infinitas ruedas, infinitos planos dentro de infinitos planos… ¿asustado ya? Pues esto no ha hecho nada más que empezar. Cada poliedro no es sino uno entre un numero infinito de ellos.

Cada poliedro dentro de otro, acumulados in infinitas capas hacia el interior y el exterior, y cada capa, una variación cronal de los demás. Cuanto más cerca está un multiverso del núcleo, más joven es. Cuando más alejado, más viejo.

Así que imagina, planos infinitos, dentro de planos infinitos, dentro de planos infinitos.

En algunos, existen Dioses no nacidos porque aunque sus planos fueron destruidos antes de que naciesen, su esencia se encarnó en otra capa, filtrándose a través de las membranas que separan los poliedros.

De hecho, estas membranas son en si mismas algo maravilloso. Los pocos que conocemos su existencia las llamamos Ethrysphon, membranas vivientes que son lo más parecido a un dios de dioses que verás. Los dioses son simples motas que viven a la sombra del Ethrysphon. De hecho, en su infinita superficie viven criaturas increíbles, existen reinos y ciudades, magia de extrañas reglas, que se alimenta de la propia energía de los dioses de dioses.

No soy capaz de describir con palabras la escala y la maravilla del Multiverso. La gente que vive en el plano material primario cree que su mundo es grande, los planares creen que la Gran Rueda lo es todo, los habitantes del Ethrysphon se ríen de los dioses y diablos que no comprenden la naturaleza de los poliédricos multiversos.

Y quién sabe qué más aguarda allí fuera, lejos de la última capa de poliedros, o en el interior donde nacen éstos.

Algunos dicen que este multiverso sólo es uno entre un número infinito de ellos, otros que un multiverso no es sino una partícula que compone un multiverso mayor, que a su vez es una partícula de otro multiverso, y así hasta el infinito.

Personalmente he dedicado mi vida a tratar de descubrir la grandeza del multiverso, y a pesar de mis más de diez mil años de vida mágicamente prolongada, siento que apenas he empezado a rascar la superficie de aquello de lo que formamos parte.